Hoy he recordado los refranes que decía mi tía cuando veía a mis amigas, que tanto me ayudaron a volver a andar. No están todos, seguro que me falta alguno, pero voy a escribirlos para que no se olviden más:
-Más vale un buen amigo que cien parientes.
-¿Quién es mi hermano? El vecino más cercano.
-El amigo verdadero ha de ser como la sangre, que acude siempre a la herida, sin necesidad de que se le llame.
Añado otro que tiene algo que ver:
-La familia y el sol, cuanto más lejos, mejor.
(Por el camino, yo me entretengo)
LA OTRA MITAD DEJARÁ DE ESTAR Y DE SER QUEMADA
Hace 4 años
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