sábado, 6 de diciembre de 2008

La lluvia


Una mañana de otoño, una bandada de aves inició su viaje hacia otras tierras más cálidas. Cuando llegó el atardecer, todas se posaron en los árboles del bosque para descansar y dormir. Pero una de ellas, amante de la noche, la pasó mirando las estrellas. Así fue como se enamoró de una y abandonó su bandada para volar hacia ella.


Voló durante la noche y el día, cubierta de frío y llena de sol.


Y llegó a ella, sí. Mas lo hizo con tanto ímpetu que la estrella se partió en pedazos, pedazos que se quedaron incrustados como astillas en su cuerpecito, en sus ojos, en sus alas, en su corazón...


No podía ver. Los trocitos de estrella que tenía en sus ojos se lo impedían.


Tampoco podía volar. Sus alas no le respondían.


Pero sí podía sentir, aunque no llorar. Sentía frío y dolor en su corazón. Sentía que se había equivocado, y la soledad... Recordaba a su bandada, los cantos del despertar y del atardecer, la alegría de volar juntas...


No se sabe cuánto tiempo pasó hasta que, inmóviles sus alas, se dejó caer en el vacío desde lo alto.

El sol, para ella deshacedor de encantos, esta vez deshizo su parálisis, porque, con su calor, convirtió en lluvia los trocitos de estrella que dañaban su cuerpo. Así pudo el ave volar de nuevo, encontrar su bandada y, entre sus compañeras, llorar lágrimas de estrella...


Por eso llueve más en primavera y en otoño, porque son las estaciones de los amores y amoríos, muchos de ellos imposibles. Las aguas no son más que trocitos de estrellas que el sol convierte en lluvia y en lágrimas.

Así, de error en error, riega la Naturaleza sus campos y hace crecer sus bosques, para el gozo de personas y animales.

2 comentarios:

Aqua dijo...

Preciosa historia nusita.
Bendito los errores que nos hacen crecer y evitar las sequías. Las lágrimas que derramamos no son inútiles si con ellas conseguimos guiar y fortalecer nuestro corazón.
Si te enamoras en invierno,podrás evitar el deshielo de la primavera.Besos.

Nusa dijo...

Come Laqua, linda:

Celebro que te haya gustado esta historia que escribí una vez que me estrellé (no por volar, sino por correr), y que sigue vigente.
Saber que nada es en vano ayuda a seguir, ¿verdad?
Y/ enamorarse en todas las estaciones del año también ayuda. Porque estrellarse duele, pero volver a tu bandada es maravilloso.

¡Besos!