Ayer me enteré de que es posible que tenga que volver a mi lugar de trabajo anterior. Hablaba en ese momento con mi amigo Gurb, que, al ver que yo rápidamente me disponía a enumerar las ventajas de mi destino anterior, a pesar de que prefiero estar en otro lugar (por eso pedí la comisión) me habló de esta teoría.
Sí, ahora, hasta que el lunes o el martes no tenga constatación de dónde voy a currar el próximo curso, mi cabeza es un campo de batalla deseosa de alcanzar el equilibrio. Porque este estado de desequilibrio no se puede mantener mucho tiempo, las personas nos volveríamos locas. Tengo tal mezcla de sentimientos; tristeza, miedo, esperanza, desesperanza... que no sé qué clase de cóctel saldrá de todo esto.
Comprendo a las personas maltratadas que, para recobrar la congruencia entre lo que creen ("a esta persona la quiero") y lo que saben ("me está maltratando, y esto es señal de que no me quiere") buscan el equilibrio inventándose una nueva proposición ("me quiere, pero viene tan mal del trabajo... por eso me pega").
Y siempre que elegimos se da esta disonancia.
LA OTRA MITAD DEJARÁ DE ESTAR Y DE SER QUEMADA
Hace 4 años
3 comentarios:
Sabía que te interesaría...jejejeje.
Un abrazo
Gracias, Gurb, eres genial :)
Interesante teoría, nusilla.Estoy de vuelta y medio recompuesta así que me entró mono de llamarte para que me cuentes eso de la vuelta a tu destino anterior.Y lo del desequilibrio...ya me gustaría a mi tener la mitad del equilibrio que tú tienes, te lo aseguro.Te llamo, guapa.Un besazo
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