Lo que me pasó el otro día con las habichuelas verdes fue que filtré la realidad, hice un "filtraje", que es pensar que una cosa es más importante que el resto, darle más importancia a una sola cosa. Es como si sólo te quedaras con eso, sin prestarle atención a lo demás, lo cual nos hace daño.
Pero hay otro pensamiento, muy ligado al filtraje, que también nos hace mucho daño: sobregeneralizar, generalizar en demasía. Siguiendo con el mismo ejemplo, del solo hecho de caer el plato, romperlo y enfangar la mesa, se puede inferir que "todo me sale mal", o "siempre me equivoco" o "nunca lo hago bien". En nuestra cultura tenemos tendencia a inferir absolutos a partir de un solo hecho, y pensamos y decimos que "todo, nada, siempre, nunca, todos, nadie... blablabla
Esta forma de pensar en absolutos nos hace mucho daño, pues las cosas no son blancas o negras, hay infinitos tonos de gris. Para ganar flexibilidad en nuestro pensamiento, es bueno preguntarse si hay pruebas que nos conduzcan a los absolutos y pensar en que "a veces me sale mal" (no todo), "a menudo ocuure esto" (no siempre) o "es posible que pase esto" (no quiere decir que vaya a ocurrir).
Si los términos absolutos los usamos sólo para lo bueno, nos sentiremos mejor.
3 comentarios:
totalmente de de acuerdo contigo Nusa, es como tener un enemigo dentro!
Nusita !abajo los absolutismos! las seguridades de piedra picada.
Una cosa es absolutamente cierta...pero a ella llegamos todos vivos.
Lo demás, ver el vaso medio lleno más que medio vacío.
!Ave! ante la espuma gallega.
Besitooo yodado.
Bur, preciosa, sí, es un enemigo este "mal pensar", pero es controlable. El reto es cazarlo en cuanto se asome, para no dejarlo campar a sus anchas, y cambiarlo por un "buen pensar". Así conseguiremos no dañarnos a nosotras mismas.
Natalí, amiga sibarita, te animo a seguir trabajando los absolutismos, ¡nos llevan a cometer tantos errores! YBesos y gracias :)
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