domingo, 28 de septiembre de 2008

La alegría

A veces, trasteando entre documentos viejos, nos encontramos con cosas que escribimos hace mucho tiempo y que teníamos olvidadas. No sé cuánto hace de esto, pero calculo que al menos tiene diez años. No, no está viejo, sigue vigente. He sentido mucha alegría con este inesperado encuentro. Os presento a la Nusa de hace diez años (como mínimo).

Alegría.


El cristal siempre devuelve

esa imagen que olvidar quisiera un día.

Los espejos sólo hablan

de personas que te amaron y querías.

En el mar, siempre las olas

nos arrastran con efímera alegría.


Permanecen sólo

añoranzas, besos.

Y se olvida todo

menos el deseo.


Un cristal y unos espejos

son el mar: indestructible letanía.

Tú quisieras olvidarlo,

pero vuelven a envolverte olas frías.

Y te dejas por si acaso:

quizás ésta sea la definitiva.


Permanecen sólo

esperanzas, días.

Y se olvida todo,

menos la alegría.


jueves, 25 de septiembre de 2008

La paciencia

RAMÓN Y LA ARAÑA


RAMÓN: ¿Qué clase de animal eres?

ARAÑA: Soy un artrópodo, porque tengo las patas articuladas, de la clase de los arácnidos.

RAMÓN: ¿De qué te alimentas?

ARAÑA: Me alimento de pequeños insectos. Soy un animal carnívoro porque como carne. ¿Y tú?

RAMÓN: Los seres humanos somos animales omnívoros, comemos de todo.

ARAÑA: Pero para alimentarme tengo que trabajar mucho.

RAMÓN: Todos los seres vivos trabajamos para poder vivir, no eres el único. ¿En qué consiste tu trabajo?

ARAÑA: Hago hilos de seda y construyo redes con ella. Es lo que llamáis telaraña o tela de araña. Después espero con paciencia a que un insecto pequeño caiga en mis redes. Así obtengo la comida. ¿Y tú?

RAMÓN: Soy todavía un niño, y mi trabajo consiste en ir al colegio, hacer los deberes, aprender a ser buena persona y hacer amigos y amigas. Ahora son mi madre y mi padre los que me dan de comer. Cuando crezca conseguiré un trabajo para poder vivir.

Ramón estuvo observando a la araña durante un tiempo. No dejó, incansable, de tejer su tela, no concluyó su trabajo hasta que por fin un mosquito cayó en la red.


La paciencia es esperar con tranquilidad a que algo bueno ocurra. Pero no es esperar sin más, es esperar sin dejar de trabajar, seguir trabajando hasta acabar. Eso hacen los campesinos: siembran los campos y esperan a que nazca el fruto para cosecharlo.

La paciencia es no perder los nervios si estamos haciendo cola para que nos atienda alguien o si nos ocurre alguna desgracia que no podemos controlar. Por eso, tener paciencia es tener autodominio, dominarnos: de nada sirve llorar, chillar o gritar si nos ocurre una desgracia; con paciencia obtendremos mejores frutos

.Eso hacen las personas enfermas: hacer lo que les dice el médico y esperar a que el cuerpo se cure. Por algo a las personas enfermas se les llama “pacientes”, porque tienen o deben tener paciencia.

martes, 23 de septiembre de 2008

La mujer 10

No, no se trata de Marilyn, ni de la Bo Derek que protagonizó la película "10, la mujer perfecta" en 1979. Ni de todas esas mujeres 10 que hicieron posible que hoy vivamos así.
Se trata de mi mujer 10. Doña Necesidad empieza a hacer sus deberes... Gracias.
(Iba a poner una foto de la portada de la película citada, pero... en fin...) :)

domingo, 21 de septiembre de 2008

Doña necesidad

Cuando estudiaba, vivía en el piso de una señora ya mayor, muy sabia y llena de bondad. Ya murió, y no hay día que no la recuerde. Miles de cosas me enseñó, nos enseñó aquella mujer buena y sabia. En los ataques de pereza que me daban, ella siempre me decía:
-No te preocupes. Cuando llegue el momento, doña Necesidad vendrá a echarte una mano y terminarás haciéndolo todo.
Cuántos trabajos, cuántos exámenes, cuántas cosas hemos hecho doña Necesidad y yo juntas. Me ayudó tanto... Hasta lo que parecía que no iba a salir, terminaba saliendo.
Doña necesidad, te necesito. Ven a echarme una mano, a echárnosla, q se nos echa el mes encima.

El amor

Una mujer iba un día paseando tranquilamente por el bosque cuando una luz maravillosa la sorprendió. Era la luz del Amor, que se concretaba en un manantial de agua clara.

Sintió sed la mujer, y pensó que aquellas aguas claras podían saciarla. Así que llenó sus manos y bebió. En aquel instante, la luz desapareció. El poquito de agua que pudo beber le provocó mucho, mucho dolor de estómago, y no le calmó la sed. Cuando volvió del bosque, esto es lo que llegó diciendo: "El amor no es para mí".


Otro día, cada vez con más sed, paseando también por el bosque, de nuevo la luz del Amor la sorprendió, esta vez concretada en una preciosa flor roja.

Tenía una fiesta grande la mujer en el pueblo, la fiesta de la primavera, y pensó que aquella flor podía adornarla. Por eso, la cogió y se la puso en la cabeza. En aquel instante, la luz desapareció, y la flor se marchitó. En la fiesta no hizo otra cosa que pensar en la flor, lo que le provocó un intenso dolor de cabeza. Y la mujer siguió diciendo aquello de "el amor no es para mí".


Pasó un año. Seguía la mujer, fiel a sus costumbres, dando sus paseos por el bosque. Desde el día en que vio por primera vez la luz del Amor, no había podido calmar su sed.

Llegó la fiesta de la primavera, y pensaba cómo engalanarse para la ocasión mientras paseaba por el bosque. Ella no era bonita, no gozaba de encantos. Nadie se había parado nunca a mirarla... Jamás, jamás encontraría al Amor...

Pero le pasó algo especial: encontró a un niño que lloraba amargamente. El niño la miró lleno de luz y sintió la mujer el impulso de acariciarlo y besarlo, y el deseo de terminar con el dolor que le hacía sufrir. Con sumo cuidado, se acercó a él, lo besó y se bebió sus lágrimas.

No sólo se bebió las lágrimas del niño, sino que, con ellas, se bebió todo su dolor. Eso le provocó mucho, mucho dolor de corazón, pero también sintió mucha alegría, y su sed, por fin, se calmó. Cuando volvió del bosque, esto es lo que llegó diciendo: "Te quiero".

Dicen en el pueblo que la mujer más guapa es ella, que tiene a todo el mundo loco de amor, que así es como la llaman, "Amor", y que su luz lo inunda todo... ¡Ah! Y que nunca la ven beber.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Desesperanza


Para ti, fenómeno, que siempre me pides cosas mías ;)

Pero esto no lo haré mucho, trato de construir conocimiento entre tod@s a través del diálogo.










Dicen que un día el sol saldrá

y los sonidos sonarán en donde nada es pertinente.

Que el calor color dará

a los silencios de quienes todo lo han callado.

Y la luz retumbará

en las penumbras de hombres con hambre de lumbre.

Eso dicen y se asombran.

Lo presienten.


Hará flores del fango y el cieno;

bacanales ni gloriosas ni fatales;

simples fiestas

de las que siempre el pasado deseará desposeernos;

esperanzas

de las que nunca el futuro deshacerse pudo;

milagrosos

presentes en presente nos traerá el sol

cuando salga, si sale.

Eso dicen y se esperan.

¿No se mienten?


Porque hoy hay un sol que brilla por su ausencia.

Que posee impasible el deseo imposible

que por él atesoramos.

Que en su campo sin tiempo ni nos templa ni contempla

en completa indiferencia.

Proseguimos.


Nada ni nadie del sol nos salvará

cuando salga, si sale.

El rayo que raya en la esperanza

ya la está partiendo.

Eso es lo que hay hoy.

Lo sentimos.

lunes, 8 de septiembre de 2008

Diversidad familiar

¿Qué es convivir? Si es "vivir con", estar en compañía de alguien, tod@s convivimos con tod@s, de eso no nos libra nadie.
Si es cohabitar, muchas personas resulta que no convivimos con nadie (excepto en vacaciones y demás).

Con la primera acepción, todas las personas formamos parte de un todo global (humanidad). Sentir así genera sentimientos de pertenencia e integración que llevan a virtudes como la solidaridad, la libertad, la igualdad, la justicia, la tolerancia...
Con la segunda acepción, hay una restricción que lleva a pensar que hay un solo camino, siendo los demás otra cosa, pero no convivencia.


Todo esto es por lo que he leído.

Conozco cada vez a más parejas LAT.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Una reflexión sobre las víctimas de la violencia

Se están derramando ríos de tinta con el caso de Jesús Neira.
Este artículo de una abogada me parece muy interesante, de lo poco bueno que se puede leer por los periódicos.

Otra perla política

Pronto se acabará este verano, tan convulso y lleno de perlas (lástima que no sean preciosas) por parte de la clase política. En concreto, los políticos rojiverdes están "sembraos". Leed esta noticia

(La cosa es que hacer firmar a todos los padres y madres que se comprometen a educar en la democracia y y el respeto a los derechos humanos no está mal. Pero inventarse un rito...)

viernes, 5 de septiembre de 2008

Contra el rencor, el perdón. Sí, ¿pero cómo?

Llevo un tiempo dándole vueltas a las ideas de rencor y perdón. Porque siento rencor hacia alguien que me hizo mucho daño.

Por José Antonio Marina, un filósofo estudioso de los sentimientos, me enteré de que el rencor es una furia contenida, un enfado que dura mucho tiempo y se enrancia (rencor y rancio tienen la misma etimología). Leer eso me iluminó: sí, justo eso es lo que siento, pero... ¿cómo liberarme de este sentimiento tan molesto? Porque ya lo que siento son deseos de acabar con el sentimiento de rencor.

Recordaba otro libro, de Walter Riso, un psiocólogo clínico, profesor de terapia cognitiva, en el que leí hace tiempo algo sobre esto que escribo. No he podido acceder a él hasta hoy. He aquí un resumen:
1) Perdonar es extinguir el rencor, negarse a que el resentimiento eche raíces. Eso es lo que quiero.
2) Para perdonar se han de cumplir unas condiciones:
-Sólo puede perdonar la víctima, la persona agredida: Eso ya lo sabía. Pero, dada la tardanza, he llegado a preguntarme si la víctima no sería la persona agresora.
-El perdón requiere tiempo: Menos mal, esto me tranquiliza... Sí, cóntrales, pero... ¿años?
-El perdón sólo se justifica si existe rencor u odio: Cumplo esta condición.
-El arrepentimiento del ofensor facilita el perdón, pero no es condición necesaria: En mi caso, la persona ofensora se ha arrepentido a su manera (sin pedirme perdón), y, yo, ni flowers de perdonar.

3) El psicólogo nos describe varios caminos para conseguir perdonar:

-El camino del amor: el amor desinteresado no alberga rencor, es un antídoto anti-rencor. El problema es que no podemos producir amor a voluntad.
-El camino de la compasión: ver sufrir a la otra persona, compadecerse de ella, ayuda a perdonar.
-El camino de la comprensión: comprender a la otra persona, ponerse en su lugar, ayuda a perdonar.
-El camino del desgaste: El desgaste que provoca el rencor es tal, que la persona decide perdonar para sobrevivir (Manda güevos, por el desgaste estoy así y no lo consigo, jo).
-El camino de la comparación: compararnos con el ofensor, comprender las similitudes ofensor-ofendido ayuda a perdonar.

El caso es que lo he intentado todo, y no hay forma. Quizá sea cuestión de tiempo... o hasta puede ser que no sea precisamente rencor lo que siento... ¿Alguien sabe sobre esto?