viernes, 27 de febrero de 2009

A reírse toca

He encontrado esto, y me he divertido mucho. Por eso lo comparto. La risa es un potente antiestrés, así que...

sábado, 21 de febrero de 2009

¡A las barricadas!

Llegado este momento en que se acumulan preocupaciones, levantemos nuestras copas de esperanza y brindemos por un futuro mejor.


Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.

(Mario Benedetti)

sábado, 14 de febrero de 2009

La envidia

Hace unos años leí unas obras del filósofo J. Antonio Marina sobre sentimientos. Así me enteré de que la envidia no es lo que creía, el deseo de tener lo que otra persona tiene, o de ser como ella. No, no es eso. La envidia es sentir tristeza porque a otra persona le ocurre algo bueno, porque le va bien.
La experiencia de la envidia puede calificarse de negativa por varias causas: nos hace sentir malestar, dolor; y, culturalmente, es digna de reproche.
Tiendo a ser lo más objetiva posible a la hora de calificar algo como "bueno" o "malo", pero sí sabía que este sentimiento era dañino, perjudicial. Lo que ayer leí me lo corroboró. Y es que, al sentir envidia, se activan las mismas áreas cerebrales que cuando sufrimos daño físico.

Por tanto, cuidado con dejar que anclen en nosotr@s sentimientos dañinos, pues dejándolos, nos estamos infligiendo un daño físico (así es como lo percibe nuestro cerebro).
La noticia está aquí.