No quisiera morir sin leer, en su propia lengua, gracias a Gutenberg, algo de Goethe, Günter Grass, Bertold Brech, Rilke, Thomas Mann, Michael Ende, Nietzche, Kant o Schiller, a quien tanta vida dio Beethoven...
¡La lengua de Angela Merkel me llama!
UNA ESPINA ES UNA ESPINA ES UNA ESPINA
Hace 6 años