lunes, 15 de junio de 2009

Para educar a un niño...

Se necesita toda una tribu. Eso dice un proverbio africano.
La tribu muchas veces entontece, adocena, aborrega. Porque el fin de la tribu es perpetuar la forma de vida y las estructuras existentes. Por eso, es mejor anular la personalidad de las niñas y niños. "Que no piensen, que no sean libres, no vaya a ser que se nos chafe todo el tinglado que hemos montado para mantenernos en el poder", se dicen los jefes de la tribu.
En casi todas las tribus humanas es así: las personas adultas educan, conducen por el "buen camino" a quienes crecen en ellas. Personas adultas bien enculturadas enculturan, así no hay peligro de disidencia, todo está atado y bien atado.
Pienso que educar no ha de ser sólo formar e informar para conformar, sino para transformar. Difícil tarea cuando quienes ostentan el poder ni se creen eso que dicen de "transformar" la sociedad y se dedican a hacer todo lo posible por perpetuar lo existente.
Pero a veces, una noticia nos llena de esperanza: si ya es difícil actuar diferente en nuestro mundo, imaginad en África. Pues sí, sí es posible.

Umoja es una tribu diferente, es un pueblo de mujeres maltratadas, violadas, castradas por la tribu, abandonadas y desterradas. Se unieron y educan en y para la libertad Un oasis en el desierto. Bonita noticia que vi en Público ayer.

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