jueves, 25 de marzo de 2010

Con Beethoven todo el día

Me levanté con su música alrededor de mi cabeza. Me pregunté qué me querría decir el genio de Bonn. Me ha dicho esto:
-Su vida estuvo llena de penalidades: padre alcohólico, madre que murió de tuberculosis, él tuvo que llevar la casa dando clases... ¿Os imagináis el estrés?
-Se quedó sordo cuando le iban bien las cosas en Viena. ¿Os imagináis lo que puede ser para un músico quedarse sordo? ¡Qué horror!
-Se enamoró de la condesa Brunswick, un amor correspondido, pero la época no permitía mezclarse a la nobleza con el vulgo. No se casó.¡Qué impotencia!

He pasado todo el día pensando en él y en su fuerza, que le llevó a seguir luchando hasta el final. El carácter hosco e irascible de los últimos años de su vida, ya sordo, es comprensible.

¿De dónde sacó fuerzas para salir adelante? De que creía fervientemente que el Arte, el suyo, mejoraría a la Humanidad,estaba trabajando por el bien de todas las personas. Imbuido de los ideales de la Revolución Francesa, creía posible la hermandad entre todas las personas, poniendo él también su grano de arena.

¿Por eso vestía un frac verde la noche del estreno de la Novena? Un frac verde. Verde esperanza.

Os dejo una sonatina para mandolina y piano que le regaló a una condesa por su cumpleaños (¿sería su amada inmortal?) Imaginémoslos a los dos tocando :)



"El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad".

La frase es suya.

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