jueves, 29 de abril de 2010

El silencio total...

no existe.

Imaginemos que podemos hacer que cesen en su actividad las personas, que los animales dejan de corretear, ladrar, piar..., que insonorizamos nuestras casas al límite, tanto que ni nuestros pasos pueden ser oídos por otras personas. Pues bien, aun así, seguiría sonando nuestra vida.
John Cage ya investigó esto: se metió en una cámara anecoica , donde en teoría no se debería oír nada, y comprobó que se oían dos sonidos, uno agudo y otro grave, los de sus sistemas nervioso y circulatorio respectivamente.
Esto cambió su concepto de silencio, pues no había forma de experimentarlo en vida. "El silencio no es acústico, es el abandono de la intención de oír".

Pienso en la expresión "silencio sepulcral". ¿Se refiere al silencio de las personas difuntas o al de las personas asistentes al sepelio? Porque las únicas que no suenan son las difuntas... ¡Qué cosas!

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