martes, 17 de agosto de 2010

La sarsuela

Es la zarzuela catalana, y yo, amante del género, no la he conocido hasta muuuchos años después de la muerte de Franco, bajo cuyo régimen se prohibió el teatro lírico catalán. Así, nos privó a muchas personas, no sólo catalanas, de gozar de esta maravilla.

Pero a Cataluña le hizo más daño: Pasó de crear nuevas zarzuelas a un mutismo absoluto, de ser el Liceu el lugar en donde se estrenaban muchas de ellas (en el Liceu se estrenaron, entre otras, las famosísimas El barberillo de Lavapiés y La tabernera del puerto, antes que en Madrid, si) a no dar ni testimonio del género (vale que no se quiera hacer propaganda del Madrid castizo de chulos y costureras, pero la Música es la música, además de que hay zarzuelas que no tienen nada que ver con Madrid. Lo de no hacer propaganda de la "sarsuela", eso es otra cosa.)

¿A quién le interesa que no se conozcan obras tan catalanas como "Els estudiants de Cervera" (ni en Cervera la programan, anda que iban a hacer eso aquí, en Zalamea) o "Cançó d'amor i de guerra"?



FORJADOR, BON FORJADOR,
de les mans fermes i brunes,
que del ferro saps fer engrunes
amb la teva noble suor.

Forjador, bon forjador,
si poguessis du a l'enclusa
el cor de l'enamorada
quina feina més amada
poder forjar el seu cor

Amb quin delit posaries
el seu cor, que ora es meu,
dins la fornal, i el farias
a cops de mall al gust teu.

Forjador, bon forjador,
no hi hauria al Vallespir
qui llencés un sol sospir
per un desengany d'amor
per un desengany d'amor

La musicofilia es una enfermedad que todo lo cura. Si en mi mano (obsérvese el singular) estuviera, expandiría el virus musicofílico por todas las escuelas, teatros y foros públicos.

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